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Tejido en la indumentaria Chiapaneca


El estudio de las interconexiones entre la cosmovisión y las representaciones artísticas son numerosas y muy diversas, todas las formas de expresión (mitos, ritos, representaciones visuales, etcétera) potencian la intelección de los distintos símbolos y amplía considerablemente el estudio general del tema.

Las geometrías en los atuendos desbordan imaginación, técnica y constancia. El motivo para hacer este trabajo fue entender cada trazo, color y cada línea, de estos motivos chiapanecos.

Los atuendos en estos grupos son de suma importancia, los tejidos y bordados que caracterizan a los textiles indígenas de Chiapas suceden a través del Pejel (Figura 01) que se traduce como cualquier cosa cuadrada; “Representándolo en un lenguaje rico, complejo y bello, que a través de las habilidades de las manos tejedoras no solo reproducen hermosos diseños: sino que hablan y cantan a través de símbolos llenos de significado”[1].

Figura 01

Variaciones de los atuendos según cada grupo

En muchas comunidades en toda la región maya, el uso de ropa tradicional es un símbolo de la convicción. Es una manera de identificarse como parte de la comunidad, una forma de distinguirse del resto, una proclamación de ser maya, una forma de resistencia cultural y un medio de afiliación con los antepasados. Aunque la ropa básica es muy similar en toda la región maya, se ha adoptado de acuerdo a las necesidades y gustos de cada pueblo. Hay tres tipos de vestimenta, que dependen de la ocasión: el día -a-día, para lo cual se hacen los mejores ejemplos de textiles mayas fiestas populares y ceremonias- religiosa, junto con los que se ofrecen al santo de cada comunidad la voluntad de descubrir las prendas que son “típicos de los diversos asentamientos mayas, clasificadas según la lingüística y la étnica de grupo: el Tojalabales, choles, Tzezales y tzotziles en el Estado de Chiapas”[2].

Estos diseños tradicionales aún prevalecen en virtud de cuatro factores principales: se han transmitido de generación en generación. Los tejedores continúan para capturar su esencia dentro de sus composiciones, al tiempo que añade su propio toque personal. Muchas prendas antiguas utilizadas para santos colocados en las iglesias han sido bien conservadas. Y las viejas generaciones se han dedicado a mantener viva la memoria.

Hacia Ocosingo las mujeres visten una blusa de escote redondo bordada de flores y una blonda de tul recamada; su falda o enredo es negra y va decorada con listones de colores.

Por su parte, los lacandones llevan una sencilla túnica blanca, aunque también usan un cotón ceremonial, cuya tela está hecha de pulpa de madera, decorado con símbolos astronómicos. Subiendo a los Altos de Chiapas encontramos el elegante traje del hombre de Huistán, que consta de un cotón blanco con flores bordadas, un amplio pantalón a las rodillas, un ceñidor rojo con puntas colgantes y un sombrero plano. La mujer usa un chal bordado. En Carranza, la falda de la mujer luce en el frente una cruz maya bordada, con grecas al final; de fino algodón tejen las mujeres su huipil, su rebozo y la camisa de los hombres; éstos llevan un pantalón amplio, ceñido en los tobillos, con círculos de colores bordados[3].

Otros atuendos magníficos son los de Tenejapa. El huipil va tejido con grecas mayas, al igual que el rebozo, negro, de lana. El pantalón corto y el ceñidor de los hombres van bordados en las orillas. Estas prendas son similares a las que usan los chamulas y los indígenas de Magdalena Chenalhó. También en Larráinzar los huipiles llevan grecas rojas, el ceñidor va igualmente rojo y el rebozo es blanco con rayas negras. Los zinacantecos visten un cotón rayado en blanco y rojo con guirnaldas de flores bordadas, un pañolón en los hombros y un sombrero de copa baja del que sale una cauda de coloridos listones. La mujer luce una blusa y un chal ricamente bordados. Finalmente, el traje de la mestiza chiapaneca está compuesto por una falda amplia y una blusa de escote redondo con blonda, todo en tul bordado con grandes flores de colores[4].

La ideología de la etnicidad que queda impresa en todos los bordados, que parece más evidente para los locales que para los foráneos, especialmente porque se toman en cuenta concepciones naturalistas que agrupan a los clasificados bajo una misma comunidad de origen aunque claro que posiblemente la unidad expuesta por los antropólogos, o por el mismo Estado para los grupos étnicos, no interese a los sujetos etnizados porque participan de una organización que a la vez que integra inventa la heterogeneidad.

Bibliografía.

Carpio Penagos, Carlos Uriel del. “Exploración etnográfica en el área zoque” en Anuario del Instituto Chiapaneco de Cultura, Departamento Cultural de Investigación. Programa Editorial del Estado de Chiapas.

Cordry, Donald B. (1988) Trajes y tejidos de los indios zoques de Chiapas, México, Porrua.

Programa de Arte Popular. (2009). Diseño e Iconografía en Chiapas. México: Consejo Estatal Para la Cultura y las Artes.

México Desconocido. (Diciembre 2002). EL ARTE POPULAR EN CHIAPAS, MARAVILLOSAS MANOS ARTESANAS. Tips de Aeroméxico, 26, 87.

[1] Programa de Arte Popular. (2009). Diseño e Iconografía en Chiapas. México: Consejo Estatal Para la Cultura y las Artes pp. 11-13.

[2] Carpio Penagos, Carlos Uriel del. “Exploración etnográfica en el área zoque” en Anuario del Instituto Chiapaneco de Cultura, Departamento Cultural de Investigación. Programa Editorial del Estado de Chiapas, pp. 95-96.

[3] México Desconocido. (diciembre 2002). EL ARTE POPULAR EN CHIAPAS, MARAVILLOSAS MANOS ARTESANAS. Tips de Aeroméxico, 26, 87.

[4] Idem.


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